Unidad de análisis: habitante del distrito, que resida y vote en el lugar de encuestamiento, mayor de 18 años.
Ajuste y ponderación de resultados: cuotas de sexo, edad, nivel socio-económico y estrato poblacional.
Fecha de realización: segunda quincena de enero de 2009.
Muestra:
Primer estrato: AMBA (Capital Federal y primer y segundo cordón del Gran Buenos Aires).
Segundo estrato: Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán.
Tercer estrato: Salta, San Juan, Santiago del Estero, Chaco y Confluencia.
Cuarto estrato: San Fernando del Valle de Catamarca, Comodoro Rivadavia y Concordia.
Quinto estrato: Luján de Cuyo, Oberá, Villa María, Tafí Viejo y Puerto Madryn.
¿Qué podemos sacar en limpio de tanto gráfico? A mero modo de enunciado podemos decir que ha bajado ostensiblemente la inseguridad como preocupación. Algo que va en contramano de lo que sucede en Capital y en la provincia de Buenos Aires. La economía, luego de los sacudones externos, parece que comienza a planchar su escalada ascendente. El temor a perder el trabajo o a no conseguirlo parecería ser el síntoma de alarma más persistente desde el mes de Julio en adelante. Mientras que la Inflación que se había pinchado un poco en las últimas mediciones, vuelve a ascender.
Respecto a la credibilidad de las instituciones observamos que a mayor cercanía del poder político institucional mayor es el desprestigio: Senadores, Ejecutivo, Diputados, Sindicatos y partidos no alcanzan superar la media de la escala de medición. Este gráfico nos sirve para entender de qué hablamos cuando hablamos de crisis del sistema político y crisis de representación.
Entrando en los indicadores de imágenes de los dirigentes actuales debemos hacer antes que nada una aclaración reveladora: los estudios que se realizan en los meses de diciembre no tienen línea de continuidad ni hacia adelante ni hacia atrás. Ya nos ha pasado, en otros estudios y en otros años, que en el mes de diciembre los humores sociales suelen tener cambios abruptos respecto al mes de noviembre y, hacia adelante, con relación al mes de enero. Explicación que dejamos a cargo de otros profesionales. Acá lo que podemos decir es que luego del pico de 51.6% que alcanzaba Cristina en el particular mes de diciembre, ha vuelto a valores similares al mes de noviembre. Siempre escalando de a poco y luego de tocar el piso de los 34.3% de imagen positiva en pleno conflicto agropecuario, la presidenta ha logrado recuperar apenas casi 6 puntos porcentuales en 6 meses, alcanzando los 41.2% actuales. Recordemos que hace un año atrás, apenas asumida, Cristina ostentaba una buena imagen entre siete de cada diez entrevistados. El esquema para este año pareciera ser seguir recuperando puntos a fuerza de gestión y a través del piloteo de las consecuencias de la crisis económico-financiera, para al menos lograr emparejar las voces a favor y en contra. Es decir, algo más cercano a una relación 50-50 de imagen positiva y negativa. Recordemos que en un contexto de oposición dispersa cada poroto a favor va a una sola caja, mientras que los porotos contrarios se deben dividir en más de una caja. La gestión acompaña su imagen. Algo muy característico de los tiempos K: ellos son el gobierno, ellos son la gestión. Y esto repercute para bien y para mal. Esto quiere decir, que en la percepción de la gente no hay gobiernopor fuera de Néstor, en su momento, o Cristina, en estos tiempos. Si bien entre los sectores de nivel socio-económico bajo y en el interior profundo del país capta un mayor índice de imagen positiva, en ningún caso Cristina logra superar la barrera de los 50 puntos porcentuales. Mientras que entre los sectores altos, económicamente hablando y entre los residentes de los principales centros urbanos del interior, su rechazo alcanza los 65 puntos porcentuales.
La imagen de los dirigentes nos permite comenzar a delinear los límites que tiene hoy por hoy el kirchnerismo para lograr captar un porcentaje nacional de votos en las elecciones legislativas 2009 que sea superior a los 40 puntos porcentuales (valores conseguidos en las elecciones legislativas 2005 y presidenciales 2007. En el primer caso sumaron alrededor de 43%, mientras que en el 2007, Cristina logró el 45%). Néstor Kirchner no logra apuntalar su imagen encontrándose en los niveles más bajos desde el 2003 hasta la fecha. Si bien esta merma parece haberse acolchonado en los últimos meses, el ex – presidente que supo dejar su gobierno con una imagen positiva cercana a los 70 puntos porcentuales, hoy apenas alcanza el 35.8%. Su rechazo es mayor que el de la presidenta. Y aquí vale una pregunta, ¿cómo puede el kircherismo aspirar a lograr entre un 40 y 45 % en las próximas elecciones parlamentarias a nivel nacional si sus principales referentes no alcanzan esos índices de imagen positiva? Claro que las categorías imagen y voto no van de la mano, no es lo mismo una opinión que una opción, no es lo mismo decir me encanta el Lole, pero ni en pedo lo voto para que decida sobre cuestiones del país. Aquí vale recordar lo que sucedía con Menem: el ex – presidente era uno de los políticos con mayor imagen negativa pero lograba ser el más votado (ejemplo año 1995 y 2003). La habilidad de gestión, la experiencia y el escaso nivel de otras alternativas puede jugar a favor de aquellas figuras ya conocidas y cada vez menos queridas. Aunque no estoy muy seguro que en las próximas elecciones el electorado nacional elija en función de un mal menor. Hay que ver como se cocina la economía en el mundo y como la macera el kirchnerismo acá. Puntalmente nos referimos a la consigna de “gobernabilidad” que deberá mostrar el oficialismo y, a la vez, desnudar la carencia de la misma en el arco opositor.
Hablando de otros dirigentes, pareciera que el acercamiento de Reutemann a Kirchner lo ha estancado un poco, mientras que los dirigentes opositores logran un repunte de su valoración. Cobos, que venía bajando sostenidamente luego de su mes de gracia por su no-positivo a la 125, ha logrado detener esa sangría y hoy por hoy es el dirigente con mayor nivel de imagen del país… Macri y Carrió están en la misma senda logrando una imagen más positiva que negativa.
A continuación hacemos el anclaje de la valoración de cada candidato:
Cobos: logra destacarse en los sectores de NSE medio y en las localidades intermedias del interior del país (estrato 4). Básicamente a quienes más reconfortó su voto desempate de julio pasado.
Macri: sobresale un poco más entre los hombres y en las localidades intermedias del interior (estrato 4).
Carrió: su base de sustento se encuentra principalmente en las mujeres, los jóvenes de 18 y hasta 34 años, los de nivel socio-económico alto y medio y en las localidades intermedias de interior (estrato 3).
Reutemann: se destaca entre los hombres, entre los mayores de 35 años, entre los sectores de NSE alto y en aquellos residentes de localidades intermedias (estrato 3).
Kirchner: al igual que la presidenta, Néstor alcanza un mejor performance entre los segmentos de NSE bajo y entre aquellos que residen en las localidades con menor cantidad de habitantes del país. Igualmente en ningún caso, logra pasar los 50 puntos porcentuales. Mientras que entre las personas de NSE alto y medio y aquellos habitantes de los principales centros urbanos del interior su nivel de rechazo alcanza a siete de cada diez entrevistados.
En sintonía con los festejos por los 25 años de democracia decidimos consultar a la gente por el mejor y el peor gobierno desde el regreso de la democracia. Si bien el gobierno de Néstor Kirchner resulta el más valorado, es llamativo como varios segmentos de la población optan por el gobierno de Alfonsín, desplazando incluso al primer gobierno de Menem. No es nada despreciable el 8.0% que alcanza Cristina luego de un primer año de mandato nada positivo para el kirchnerismo.
El gobierno de Néstor Kirchner tiene su anclaje entre los hombres, entre los jóvenes (18 a 34 años) y entre quienes residen en el estrato 4.
A Alfonsín lo eligen mayoritariamente los mayores de 35 años, los de NSE alto y los que residen en AMBA.
Respecto al peor gobierno de los últimos 25 años, seis de cada diez entrevistados respondieron por aquellos gobiernos que antecedieron al estallido del 2001-2002: nos referimos al segundo mandato de Menem y al bienio de De La Rúa.
Los residentes en AMBA y los principales distritos del interior, consideran principalmente al gobierno de Menem (1995-1999) como el peor. Mientras que aquellos de edades intermedias (35 a 49 años) y del localidades intermedias y pequeñas del interior del país optan por señalar al gobierno de la Alianza como el peor. Un dato significativo para mencionar es que para las personas de NSE alto, este primer año de gobierno de Cristina Fernández ha sido el peor de los 25 años de democracia…
Respecto a las preguntas de Intención de Voto, si bien no posee valor estadístico para las elecciones por distrito de este año, nos permite ver el estado de situación de cada una de las fuerzas políticas y de los candidatos nacionales. Hoy por hoy, una alianza entre la Coalición Cívica, la UCR y el Socialismo estaría disputándole voto a voto el primer lugar al Frente Para la Victoria. El PRO quedaría relegado al tercer lugar y es sorprendente (al menos para mí) que el único sello con la palabra peronista esté capturando apenas 6.4% de las menciones. Claro que todos estos datos están eclipsados por la magnitud de los indecisos: algo más de cuatro de cada diez entrevistados no eligieron agrupación.
El principal Frente Opositor tiene su anclaje en los sectores medios y en los residentes del estrato 3. Por su parte el Frente Para la Victoria logra destacarse entre los sectores de NSE alto (aquí la alianza opositora merma en demasía sus votos) y en las localidades más pequeñas del país, mientras que el PRO posee su principal base electoral en los niveles alto y los residentes en AMBA.
Los datos por candidatos muestra la dispersión existente. Quien encabeza el listado es el nouvelle politik Julio Cobos (18.7%), destacándose en los segmentos de mayor edad y entre aquellos habitantes de los principales centros urbanos del interior.
Le sigue el actual Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri (12.7%) sustentándose en los sectores de NSE alto y en los residentes de AMBA.
En tercer lugar aparece Néstor Kirchner (8.9%) sin segmentos de la población que sobresalgan. Lo mismo sucede con Cristina (6.9%).
Elisa Carrió (7.8%) tiene una mayor penetración en los jóvenes (18 a 34 años) y en los sectores de NSE alto. Mientras que Reutemann (5.6%) logra duplicar sus votos entre los habitantes del estrato 4.
Hoy por hoy, la terna Solá-Duhalde-De Narváez no alcanza ni el 1% cada uno.
Si hacemos un juego de alianzas, una opción sería agrupar de esta manera (es solo un juego, en política sumar candidatos no significa sumar votos):
Si bien no parece estar sentenciada, al día de hoy, una derrota oficial, si queda claro que los “humores sociales” no logran ser interpretados por el kirchnerismo de manera eficiente, aunque tampoco existe un candidato opositor que lo consiga. Más bien hay poco que algo. Más bien pareciera que ante la dispersión el juego pasa por armar coaliciones para ganar y gobernar. Pareciera que lo que se acabó es el kircherismo como voluntad propia y autónoma de poder. La pregunta sería, ¿hasta cuándo esperará Kirchner para hablar con otras fuerzas por fuera de su parte del peronismo?